Como cada año, desde hace ya varios años, desde Plataforma
Animalista convocamos a reunirnos en el Palacio Legislativo en el Día
Internacional de los Animales, para visibilizar la situación de los
animales en nuestro país y exigir avances concretos en sus derechos.
Este 2025, la urgencia es mayor: necesitamos que se apruebe la ley que
tipifica como delito el maltrato animal, un proyecto que hemos
elaborado y presentado con el compromiso de transformar la realidad
de miles de seres sintientes.
Además, reclamamos cambios estructurales en el Instituto Nacional de
Bienestar Animal (INBA), que debe dejar de depender del Ministerio de
Ganadería Agricultura y Pesca. Es hora de que la protección animal sea
abordada desde una perspectiva ética, independiente y centrada en
sus derechos.
Hoy convocamos a todos bajo la consigna que afirma que "los
animales no son cosas". Està es una reivindicación ética y legal que
surge directamente del reconocimiento de su sintiencia.
La sintiencia es la capacidad de un ser vivo para experimentar
sensaciones subjetivas, como el placer, el dolor, la alegría, el miedo, y la
frustración. Un ser sintiente es aquel que tiene la capacidad de sentir y,
por lo tanto, de tener una conciencia básica de su estado emocional y
físico.
En animales, esta capacidad está respaldada por la posesión de un
sistema nervioso central desarrollado (como el cerebro, la médula
espinal y los nervios) que procesa estímulos y genera respuestas
emocionales. La evidencia científica (particularmente la neurociencia
comparada) indica que muchos animales, desde mamíferos y aves
hasta peces y cefalópodos, poseen la neurobiología necesaria para
experimentar la sintiencia.
Un ser sintiente no solo reacciona, sino que procesa y experimenta ese
estímulo como algo que le resulta agradable o desagradable.
Si un animal es sintiente, puede sufrir.
Si puede sufrir, tiene un interés básico en no sufrir y en mantener su
bienestar.
Si tienen este interés, tratarlos simplemente como objetos,
herramientas o "cosas" (propiedad) es moralmente indefendible porque
no se consideran sus necesidades o intereses fundamentales.
Históricamente, en muchos países se clasificaba a los animales como
bienes muebles (objetos que pueden ser comprados, vendidos y
poseídos). El movimiento por los derechos de los animales busca
cambiar este estatus legal, pasando de "cosas" a "seres sintientes" o
sujetos de derechos. Este cambio obliga a la ley a reconocer el deber
de bienestar hacia ellos, imponiendo límites al trato que se les puede
dar.
Un animal tiene una vida que le es propia, experimenta dolor si es
herido y alegría si se le ofrecen condiciones adecuadas. Su existencia
es una experiencia interna y subjetiva que debe ser respetada.
En resumen, la sintiencia es el fundamento científico y ético que exige
que la sociedad y la ley dejen de ver a los animales como cosas sin
sentimientos ni intereses y los reconozcan como individuos con la
capacidad de sufrir, de amar, de extrañar, de reconocerse y
reconocernos.
Por otro lado, en este día también queremos celebrar. Celebrar que
como sociedad hemos avanzado. Que en miles de hogares de Uruguay
y del mundo los perros y gatos ya no son utilizados para nuestro
beneficio, sino que son parte de la familia. Que cuando alguien
maltrata a un animal, hay condena social, hay repudio, y rechazo,
incluso hay acción. Ya no se ve como normal que alguien le pegue a un
perro o a un gato. Y eso, es un logro colectivo.
También se discute cada vez más el uso de animales para
entretenimiento. En acuarios, en zoológicos, jineteadas, raid, somos
más los que ya no estamos de acuerdo. Porque entendimos que el
sufrimiento no se disfraza de espectáculo.
Hemos ampliado nuestra mirada. Hoy el veganismo es frecuente, hoy la
protección animal está en agenda. Y eso no pasó por casualidad: lo
conseguimos luchando, movilizándonos, haciendo ruido, visibilizando,
hablando lo conseguimos juntos. Y eso merece ser celebrado.
Pero también sabemos que falta. Falta que las leyes acompañen el
sentir de la mayoría. Que se tipifique el maltrato animal como delito.
Que cambie TODO el INBA y que funcione con celeridad y compromiso.
Que los refugios reciben apoyo. Que haya justicia en casos de maltrato,
abandono, abuso sexual y asesinato. Que se prohíban las actividades
que implican crueldad. Que dejemos atrás la explotación animal y
construyamos una sociedad compasiva, empática, justa.
Los casos horrendos siguen ocurriendo. Pero hoy la sociedad actúa. Y
eso también hay que valorarlo.
Sigamos exigiendo, proponiendo, transformando. Porque el cambio ya
empezó. Y es irreversible.
Por todos los animales. Por todos nosotros. Y porque LOS ANIMALES
NO SON COSAS!
Patricia Duran
Karina Kokar
Plataforma Animalista
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